(Información remitida por la empresa firmante)
Valencia, 24 de octubre de 2023.- En un entorno donde la innovación e investigación tecnológica son claves para el progreso, muchos buscan transformar sus conocimientos en proyectos de impacto real. Una de estas iniciativas es TRL+ (Technology Readiness Levels), un proyecto que rompe las barreras entre el mundo académico y empresarial.
Luis Antonio Morro González, fundador y CEO de esta empresa, descubre cuál ha sido la fuerza impulsora para crear este proyecto y transformar escenarios de investigación en empresas de triple impacto.
¿Cómo surgió TRL+?
Siempre que lo cuento me asombro. ¿Por qué tanto conocimiento procedente de la investigación se quedaba en cajones, en forma de papers? No era un problema de recursos o interés en la aplicación de los avances de las investigaciones, ni de falta de avidez de las empresas. La necesidad de descubrir por qué la transferencia no fluía me llevó a la forma de abordar el reto que desarrollé en la praxis.
En 2021, tuve la oportunidad de contactar con un centro de investigación que había desarrollado una tecnología ganadora de reconocimientos internacionales, pero que no estaba pensada para ser una empresa. Desde que contacté con los investigadores del Pattern Recognition and Human Language Technologies (PRHLT), me enamoré de ellos como personas y de su impresionante tecnología. Ellos no entendían los términos de negocios que yo usaba; y yo no sabía nada de algoritmos, redes neuronales profundas, Machine Learning, IA... Pero no entendía cómo nadie había propuesto lanzar una empresa basada en sus avances.
Estuvimos trabajando para llegar a conocernos, a convencernos de la esencia, la forma y los principales objetivos que perseguíamos en equipo. Así podríamos romper esa falta de dinámica entre el mundo académico y el mundo empresarial, que se basaba en la falta de confianza entre investigadores y empresa, la falta de motivación para colaborar, la falta de transferencia en la cultura universitaria y la falta de viabilidad y credibilidad.
En unos meses, nos implicamos más y más como equipo; quisimos constituir Transkriptorium AI, SL, y lo conseguimos. Mi asombro creció cuando, de inmediato, se me acercaron dos grupos de investigación más pidiendo ayuda para desarrollar su spin-off. Rápidamente, fui consciente de que yo solo no podría encargarme de una tarea tan importante. Decidí rodearme de personas más inteligentes que yo, con las que desarrollar un sistema eficiente para conseguir que la transferencia fuera artesanal y sistemática. Acudí a quienes hoy son mis socios cofundadores en TRL+, que vieron la oportunidad, y son el motor de este proyecto.
¿Cómo TRL+ trabaja para transformar proyectos de investigación en empresas de triple impacto y cuál es su misión fundamental en este proceso?
Los investigadores desean proyectar sus avances en la sociedad, y para ello tienen que cruzar conscientemente al mundo empresa, con un socio de negocio que se implique en el proyecto como un guía, y no como consultor. Nosotros hemos de cuidar que los investigadores no pierdan la motivación para seguir investigando; por tanto, nuestra obligación es conseguir que la transferencia se dote de valores que admiren, como los que dictan los proyectos de triple impacto, y que se vean pertrechados por un socio en quien confiar. Para ello, en nuestros proyectos TeReaLizados, la mayoría de las participaciones y el peso en el consejo de administración está del lado de los investigadores.
Un valor fundamental de TRL+ es la ética en la innovación. ¿Cómo asegurar que los proyectos cumplan con esos estándares éticos y de sostenibilidad, y cuál es vuestro criterio para seleccionar proyectos?
Para los socios de TRL+, parte de la motivación viene determinada por hacer las cosas de otra manera. Muchos venimos de multinacionales o de emprender en otros proyectos; no sabemos tanto lo que queremos hacer, pero sí lo que no queremos hacer. Se lee en nuestro código ético: solo los proyectos éticos conformarán nuestro portafolio. En muchos casos, los criterios no solo se fundamentan en la tecnología, sino en la bondad de los investigadores que desean aportarla al mundo. Esto nos aleja de los criterios de fondos de inversión y consultoras, pero no de la eficiencia.
Estamos creando una red de advisors que velen porque estos valores se prodiguen en todas nuestras acciones. En TRL+, nos unimos a quienes trabajan igual y formamos una piña para llegar muy lejos. Pero lo más importante es generar un sistema que beneficie a la sociedad en conjunto, para que esta se sienta propietaria; por eso nuestro lema es Own the innovation.
Democratizar el acceso a la innovación es un objetivo clave para TRL+. ¿Cómo trabajáis para asegurar que esta llegue a toda la sociedad, incluyendo a quienes históricamente han estado alejados del ecosistema innovador?
La sociedad hace un gran esfuerzo, procurando con los impuestos que las universidades formen el talento, para que generen beneficios mediante la investigación. Si la investigación se queda en un cajón, no genera riqueza.
La universidad está determinada a que todos esos esfuerzos se transformen en empresas, puestos de trabajos cualificados y sistemas económicos más robustos. Eso genera la capacidad de recaudar más impuestos para la formación de más talento y la generación de más avances. Ayudamos a cerrar el círculo virtuoso.
Por lo tanto, nuestro sistema permite que el dinero ya invertido en una patente no potenciada se reactive y comience a generar riqueza.
Las instituciones deben ayudar a que este sistema llegue a todas partes, porque el talento no tiene denominación de origen y fluye sin fronteras.
El enfoque de TRL+ está en proyectos de DeepTech. ¿Qué desafíos enfrentan estos proyectos y cómo TRL+ los aborda para llevarlos al mercado con éxito?
Salud, AI aplicada al conocimiento, monitorización y control del entorno, cultura, biotecnología, sistemas de comunicación. Los proyectos que nos parecen interesantes están en nuestro scope. Y a la hora de evaluar e implicarnos en una nueva empresa, mayormente apostamos por las capacidades de los equipos.
Otra decisión es trabajar en proyectos tecnológicos sustentados en el BRL, es decir, lo cerca que está la tecnología desarrollada de cubrir necesidades a corto plazo. Si el BRL es bueno, es posible lanzar un proyecto sostenible y solvente; a partir de ahí se analiza y edifica un ramp-up tecnológico que vaya siendo asumido por el mercado. La independencia y viabilidad de estas empresas garantiza la hegemonía de nuestra estrategia innovadora, por encima de otros objetivos empresariales.
Finalmente, ¿cómo visualiza TRL+ el futuro del tejido empresarial español y europeo a medida que apoya proyectos de investigación y empresas de triple impacto?
Una sociedad que recibe transferencia de manera continua, eficiente y con apenas esfuerzo añadido está abocada a ser diferente de las sociedades donde esto no sucede. Cada vez que un sistema de minería tecnológica recoja el oro de los cajones y lo prepare para que se transfiera, estará ganando frente a las sociedades que entierren sus impuestos en las mesas de los investigadores.
España, Europa en general y Latinoamérica no tienen un sistema de transferencia efectivo. La recuperación de ese gap a tan bajo coste es un factor de dinamización continuo que no podemos abandonar.
Iniciativas como TRL+ surgen con el objetivo de convertirse en una base esencial para el futuro del tejido empresarial. Según Luis Antonio Morro, esta compañía está comprometida con la ética en la innovación y la democratización de la tecnología, prometiendo una transferencia de conocimientos fluida y sin obstáculos, para que la sociedad se beneficie de estos avances.
Emisor: TRL+
Contacto
Nombre contacto: Álvaro Miguel Cabrera
Descripción contacto: TRL PLUS, S.L.
Teléfono de contacto: 654880615