MADRID 4 Oct. (EUROPA PRESS) -
El bitcoin, la criptomoneda de mayor valor y más conocida del mercado, acumulaba una depreciación semanal de más de un 5%, hasta situarse en torno a los 61.000 dólares a la hora de cierre en Europa, en un contexto marcado por la aversión a los activos de riesgo tras la nueva intensidad bélica surgida en Oriente Próximo entre Israel e Irán.
Según los datos del mercado consultados por Europa Press, la criptodivisa lucha por no perder la cota de los 60.000 dólares tras haber iniciado la semana en los 66.000 'billetes verdes'.
De esta manera, el bitcoin ha visto revertidas en buena medida las subidas que protagonizó en el mes de septiembre, periodo en el que el activo digital se elevó un 8,2%.
Con todo, lo cierto es que el bitcoin ha encontrado en la tarde de este viernes un elemento de apoyo alcista en el último informe de empleo de Estados Unidos, el cual ha sido mucho mejor de lo esperado por los analistas.
Entrando al detalle, la economía estadounidense generó 254.000 nuevos puestos de trabajo no agrícolas durante el pasado mes de septiembre, una cifra superior a los 159.000 creados en agosto, mientras que la tasa de paro bajó una décima, hasta el 4,1%.
"Este dato ciertamente apunta a un recorte de 25 puntos básicos en lugar de 50 puntos básicos como parecía descontarse hasta ahora en noviembre", ha apuntado el analista de mercados Manuel Pinto.
En suma, esa presunta ralentización de los descensos de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal (Fed) ha vuelto a dar aire a la criptodivisa y al apetito inversor, ya que en el resultado diario de este viernes consigue rebotar un 2%.
El ethereum, la segunda criptodivisa de mayor valor, corre una suerte similar: en la semana acumula un retroceso de un 9% por la tensión geopolítica, pero este viernes rebota un 4% por el enfriamiento en las perspectivas de tipos, hasta negociarse en los 2.430 dólares.
EL ORO, A LA ESPERA EN ZONA DE MÁXIMOS Por otra parte, cabe reseñar que el oro, activo refugio por antonomasia, parece no aprovechar la sensación de temor en los inversores, ya que en la semana retrocede un 0,5%, hasta situarse en los 2.650 dólares.
Con todo, cabe destacar que el metal precioso se mantiene muy cercano a sus máximos históricos, cosechados el pasado 26 de septiembre en los 2.685 dólares.
